viernes, 29 de octubre de 2010

Suprima la poesía

El hombre, para el que la escritora Anais Nin realizaba relatos eróticos por encargo, le pidió repetidamente que "suprimiera la poesía". Esta enfurecida por tal pedido escribió esta carta que nunca enviaría.
.........

Querido Coleccionista: Le odiamos. El sexo pierde todo su poder y su magia cuando es explícito, mecánico, exagerado; cuando se convierte en una obsesión maquinal. Se vuelve aburrido. Ud. nos ha enseñado,mejor que nadie que yo conozca, cuan equivocado resulta no mezclarlo con la  emoción, el hambre, el deseo, la cunscupiscencia, las  fantasías, los caprichos, los lazos personales y las  relaciones profundas que cambian su color, sabor, ritmos e intensidades.

Ud. No sabe lo que se está perdiendo a causa de  su examen microscópico de la actividad sexual, que excluye los aspectos que constituyen el carburante que los inflama. Aspectos  intelectuales, imaginativos, romántico y , emocionales. Esto es lo que confiere al sexo sus sorprendentes texturas, sus sutiles transformaciones , sus elementos afrodisíacos. Usted  está dejando que se marchite el mundo de sus sensaciones que se seque, que se muera de inanición, que se desangre.

Si alimentara su vida sexual con todas las excitaciones y aventuras que el amor inyecta en la sensualidad, se convertiría en el  hombre más potente del mundo. La fuente del poder sexual es la curiosidad, la pasión. Está  usted contemplando como su llama se extingue por asfixia. El sexo no prospera en medio de la monotonía. Sin sentimientos, sin invenciones, sin el estado de ánimo apropiado, no hay sorpresas en la cama: El sexo debe mezclarse con lágrimas, risas, palabras, promesas, escenas, celos, envidias, todas las variedades del miedo, viajes al extranjero, caras nuevas , novelas, relatos , sueños, fantasías, música, danza, opio y vino.

 

¿Cuánto pierde usted a través de ese periscopio que tiene en el extremo del sexo, cuando puede usted gozar un harén de maravillas distintas y nunca repetidas? No hay dos cabellos iguales, pero usted no nos permite gastar palabras en la descripción del cabello. No hay tampoco dos olores, pero si nos extendemos sobre esto, usted exclama : "¡Supriman  la poesía!" No hay dos cutis con la misma textura, y jamás la misma luz o temperatura o sombras ni el mismo gesto, pues un amante, cuando es movido por el  verdadero amor, puede recorrer siglos y siglos de tradición amorosa. ¡Qué posibilidades, qué cambios de edad, qué variaciones de  madurez e  inocencia, perversidad y arte...!

 Hemos estado hablando de usted  durante horas y nos hemos  preguntado cómo es usted.
Si ha cerrado sus sentidos a la seda, a la  luz, el color, el olor, el carácter, el temperamento, debe estar ya completamente marchito. Existen multitud de sentidos menores, que discurren  como afluentes de la corriente principal que es el  sexo, y que la nutren. Sólo el pálpito al unísono  del sexo y el corazón  puede producir el éxtasis.”

No hay comentarios: