viernes, 19 de noviembre de 2010

Oda a afrodita

Que mejor homenaje a esta diosa que nos ha dado tanto, que ofrecer su nombre a esa serie de artilugios mágicos que elevan nuestra sensualidad, los afrodisíacos.

Los mismos han existido desde tiempos antiquísimos, con el fin explicito de explotar nuestros deseos carnales;
los afrodisíacos fueron y siguen usándose para una variedad de cuestiones, tales como, curar  la impotencia , reavivar el deseo femenino o masculino, para probar nuevas experiencias, para ir mas allá de lo que alguien ha llegado, para disfrutar más, para sentir más, para que las experiencias sexuales no tengan límites....

Aunque en la actualidad están asociados principalmente a la comida, y encontramos grandes listas de alimentos, que van desde una simple naranja hasta aquellos que, por analogía animista se consumen por las formas fálicas( zanahorias y espárragos) y por las húmedas y carnosas formas de la mujer  (las ostras y granadas).
Isabel Allende sugiere que una ciruela rozada levemente con los labios, nos evoca  "delicados pezones frutales que, en el código del erotismo, invitan al amor" y donde el cuerpo se convierte en un manjar al que saborear con lujuria.

Pero el deseo amoroso puede comenzar también por la nariz, el aroma del cuerpo es excitante, y es inevitable perder el control frente a los sortilegios aromáticos. Como al decir de Haiku de yuko Kawano

Te acercas a mí
con el olor
del pasto matinal
recién cortado:
mis pezones se endurecen.
 

y en esta sobremesa de erotismo encontramos aquellos afrodisíacos que afectan a ese rey de los sentidos, que es el tacto, con caricias, besos y mordiscos varios y algún otro olvidado en el camino, se escriben en la piel toda esa maravilla que enciende y hace vibrar.



Debe reconocerse también  que los afrodisíacos mentales son a menudo los de mejor eficacia ya que la combinación de  imaginación y  fantasía actúan sobre los estados de ánimos. Timothy Leary decía que "la inteligencia es el afrodisíaco supremo"
y estos van de la mano de la vista, en estos tiempos modernos es imposible dar la espalda a la importancia casi estructural de lo visual;  en donde el arte de insinuar se ve magnificado ¿O no es acaso que  la tentación  entra por los ojos?

Y para terminar los dejo con un fragmento de la película "From Dusk Till Dawn" de  Robert Rodríguez, que a mi gusto tiene una buena mezcla de afrodisíacos para calentar el espíritu.



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